KYEO (el yo fugaz)
Mantén los ojos abiertos, poni sonrojado cumpleañero.
Vendrán por ti corredores de larga distancia
y juventudes que aún sudan los brazos.
Y en tu nueva edad carnosa,
de roja medicina y segundas nupcias,
los poemas serán inexplicables.
La memoria también será masticada
junto a la mañana del este
y la imaginación antojada.
Luego de los brindis costurados,
y los retratos familiares del yo fugaz en otros cuerpos,
jurarán tus compatriotas sobre los montes domésticos.