Cuentos de piratas
Conquista de espuma,
Lo describió Wordsworth
Ardió norte,
Allí la proa alcanzó
Su más terrible pesadilla
Pero Wordsworth
Nunca habló
De marineros
Cuentos de piratas
Conquista de espuma,
Lo describió Wordsworth
Ardió norte,
Allí la proa alcanzó
Su más terrible pesadilla
Pero Wordsworth
Nunca habló
De marineros
Goya loco a cal viva
Los ojos acerados
La respiración quieta,
La majas aguadas y su voluntad
De combatir las arenas,
El soplido de los caballos
Girando sobre el polvo,
Los frailes decepcionados
En sus encierros de bordes negros,
El trazo amaestrado
Que se desprende de los caprichos,
La fantasía del tiempo plegada sobre la casa
Una queja
La última costilla del río
Conoce muy bien la mirada de la tormenta
Apenas un trazo ya es suficiente violencia
Boceto
Oh, vicios y rumores,
Tercera Sefirá de un árbol irreconocible,
Como el guiño de ojo de un elefante cómplice
Díptico de ¿cómo te sientes ahora?
Más vueltas
Giraba como un plato volador,
Como una pila de cocaína,
Como el vestido soñado de la muñeca
La galaxia era un sombrero de hebras de pesadillas,
El mundo era mucho más nuevo de lo que pensábamos
Paraíso flotante
Contaba mil caramelos dorados por el sol,
Mil cuartos de milla domando al viento,
Contaba hasta mil sobre el parche del ojo de una ballena
Y mi yo horizontal era una Sefirá,
Indecisa entre lunes como anzuelos
Y triángulos de dedos sin descanso
Cachorro de agua (reescritura de un fragmento de Herman Melville de W. H. Auden)
No se debe abandonar el Mar, siempre humano,
que rodea nuestro cielo
y nos acerca la Tierra todos los días,
hasta en la brisa salada que sacude la madera
carga un nombre (como todos) y es casi un solitario
aunque atestigüe los cantares de los peces:
cada vez que se aluna las mareas son lo mismo,
y es el Mar el que se despide como un cadáver
y llora hasta ser escuchado por la hierba
mientras ambos son olvidados por nuestros ojos.
Futuriana (tercera versión)
De aquellas horas inocentes frente a los tinteros
Es la curiosidad de las cartas por sus destinos
Pureza deseada por las embajadas rápidas
(Y es tu estatura más arcana que los perros
Cuando no quedan pistas ni cálices)
No veo dientes futuros en mis manos
Huyendo con la ropa apretada
Comienza el tiempo de los bailes desnudos
Mientras los callejones brillan tercos
Y ni siquiera tienen luz